Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria

Capítulo 358



Capítulo 358

Capítulo 358


Capítulo358


-¿Crees que me pasé de la raya? – Rodrigo entrecerró los ojos.


– Moa bajó la mirada y afirmó suavemente.


-Pero siento que aún no he hecho lo suficiente.


Al ver su apariencia afligida, Rodrigo no pudo evitar levantar la mano y acariciar su suave cabello. - Eres la hermana de Alejandro. Te intimidaron, así que por supuesto tengo que defenderte. Esta


vez, fui más suave. Principalmente porque no quería asustarte.


Noa sintió el calor que emanaba de la palma del hombre que lentamente se filtraba en su cuerpo a


través de su cabello.


Era muy cálido, muy cómodo. Involuntariamente encogió sus delgados hombros y entrecerró los


ojos como un gatito.


¡Y esta escena fue presenciada por Leona, quien salió de la sala de banquetes!


¡No podía creer que su hermana normalmente bien comportada hubiera venido hasta aquí!


-¡Zorra! Ni siquiera lanzaste una mirada antes de intentar seducir a mi hombre. ¡No tienes


vergüenza! -Leona exclamó enojada, pero de repente se dio cuenta de algo.


Rodrigo estaba presente en ese momento. Si actuaba impulsivamente, podría hacer el ridículo y


hacer que el hombre al que le importaba la despreciara aún más.


Después de pasar tanto tiempo con Beatriz, había aprendido algunas lecciones. Al menos, estaba


mejor que antes. Así que su expresión se volvió fría y se escondió en las sombras, observándolos.


Rodrigo notó que el cabello de Noa estaba húmedo, su vestido blanco estaba manchado de barro y


estaba claramente empapada por la lluvia.


Su corazón se contrajo, se quitó su caro traje de terciopelo rojo y lo colocó sobre los frágiles


hombros de Noa.


Leona apretó los dientes, sintiendo un fuerte sentimiento de celos al ver que el joven Rodríguez se


preocupaba tanto por esa tonta. Sus rasgos faciales se retorcieron y parecía casi irreconocible.


-¿Por qué estás en ese estado? ¿El conductor de la familia Hernández no te trajo aquí? -Rodrigo


preguntó con preocupación.


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-Vine aquí en secreto. Nadie sabe. Me colé, – Noa respondió honestamente.


-¿Te colaste?-Rodrigo frunció el ceño, encontrándolo un poco difícil de entender.


-Hermano…


Noa no conocía el nombre de Rodrigo, y ni podía recordar al hombre al que había besado


apasionadamente bajo el cielo estrellado.


-Hermana coliflor, mi apellido es Rodríguez, llámame, Rodrigo. Soy amigo de tu segundo hermano, la sonrisa de Rodrigo se acentuó, -puedes llamarme hermano Rodrigo o hermano


Rodriguez, hermano… Mmm, suena como si estuvieras intentando coquetear conmigo.


Rodrigo Rodríguez… ¡Rodrigo Rodríguez?! Noa de repente recordó las amenazas y golpes que Leona


le había infligido, todo relacionado con el nombre de un hombre. ¿No era este Rodrigo?!


Fue golpeada por un shock como si un rayo acabara de caer sobre ella, retrocedió con miedo.


Pero Rodrigo no notó su incomodidad. Simplemente tomó su mano fría y dijo con una sonrisa,


voy a buscar a alguien para que te traiga ropa seca.


-No… no es necesario…



-No digas esto conmigo. Tu segundo hermano y yo somos los mejores amigos. Su hermana es


como mi hermana. Vamos, déjame encontrar a alguien para cambiarte la ropa. -Rodrigo sostuvo


su mano y avanzó.


-Hermano Rodríguez.


Noa no era tonta. Se sentía incómoda siendo sostenida por un hombre desconocido y no se atrevió


a resistirse. Apretó su pequeña mano en la palma de él y dudó, -tú… ¿tratas a mi hermana de la


misma manera? ¿También es así contigo?


¿Leona? Bueno, ¿Le merece?


-No, -Rodrigo la miró, su sonrisa tan brillante como el sol de la mañana. -Solo te trato a ti de esta


manera.


Leona escuchó sus palabras sin perder ninguna, su enojo alcanzando su punto máximo.


Su mirada se convirtió en cuchillos que cortaban ferozmente la espalda de Noa.


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