Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria

Capítulo 398



Capítulo 398

Capítulo 398


Capítulo398


La primera vez que Noa irrumpió torpemente, se movía como una mosca en sopa, siendo


arrastrada por los clientes ebrios, incluso algunos hombres intentaron tocarla. A duras penas logró


para ser señalada y maldecida por los ebrios allí presentes. escapar, solo


Todos se rieron a carcajadas, emocionados como si estuvieran viendo una película de los tres


chiflados.


-¡Qué tonta! ¿No ha crecido desde la preparatoria? ¡Jajajaja! -exclamó Jimena, riendo mientras


señalaba la pantalla y temblaba de risa.


-Leona, estoy realmente curiosa, ¿dónde escondiste ese pedazo de oso viejo? – preguntó Jimena.


-Lo escondí en… – Leona se rio y le susurró al oído.


Jimena escuchó y se rio descontroladamente. -¡Qué ingeniosa eres! Esa idiota nunca lo


encontrará, incluso si busca hasta el amanecer, jajajaja…


Leona revisó debajo de todas las mesas, sin saber cuántos golpes había recibido accidentalmente


de los clientes. Sus brazos y piernas estaban magullados. 1


Se quedó parada en su lugar, temblando mientras se abrazaba a sí misma, y miraba a los extraños novelbin


que


la observaban con extrañas miradas. Su mente estaba en blanco, incluso respirar se volvía


pesado y difícil.


De repente, las luces cambiaron en todo el lugar. Papel de colores como flores voladoras flotaba en


el cielo y caían despreocupadamente.


La multitud murmuraba, moviéndose al ritmo de la música en la pista de baile, bailando


desenfrenadamente.


-Osito… mi osito… – Noa solo pensaba en su juguete, inclinándose para buscar el paradero del


osito en la multitud.


De repente, su rostro, cubierto de sudor y lágrimas, chocó con una “pared” cálida.


El impacto hizo que viera estrellas, su nariz se entumeció y sintió la salpicadura de las lágrimas


en sus ojos.


-Lo siento… -Susurró Noa, inclinando la cabeza hacia abajo y tratando de escapar, pero la “pared” en movimiento bloqueó su camino.


-Lo siento… ¡de verdad lo siento! -Noa exclamó.


-¿Hermanita Noa? -El hombre preguntó


El corazón de Noa latía rápidamente mientras se cubría la nariz respingada y levantaba sus claros y limpios ojos de ciervo.


Se encontró con los ojos de Rodrigo, que llevaban un ligero tinte de embriaguez, profundos y


penetrantes.


-No estoy soñando, ¿verdad? ¿Eres realmente tú? -dijo Rodrigo.


Al segundo siguiente, los ojos del hombre se entrecerraron y de repente abrió los brazos para rodear a Noa, enganchando su cintura con el brazo izquierdo y sujetando su nuca con la mano


derecha, protegiéndola bajo su pecho.


Después de todo, la pista de baile estaba demasiado caótica y estos tipos llenos de alcohol y


adrenalina, podrían lastimarla sin importarles nada.


El corazón de Noa latía como un ciervo asustado, mientras sus temblorosas manos se apoyaban en


la solapa de Rodrigo.


Inicialmente, ella quería apartarlo, pero después de pasar toda la noche sola y sin apoyo, en este


momento, solo quería esconderse en sus brazos por un momento, aunque fuera solo por un


segundo o dos…


No debería ser así, no debería ser así.


Él es una buena persona, pero… él es el hermano de Jimena.


Cuando la gente en la pista de baile vio a Rodrigo aparecer, como si hubieran visto a un dios azteca


descender del cielo, todos quedaron asombrados.


Este rostro hizo llorar a innumerables hombres y a las mujeres gritar. Especialmente esos ojos,


famosos en la ciudad de México, eran cautivadores, seductores y llenos de deseo.


En este momento, esos ojos seductores y cautivadores se mantuvieron fijos, mirando a la chica en


sus brazos.


La intoxicación del papel dorado, y el bullicio del mundo frívolo a su alrededor, parecían separarse de ellos. En sus ojos, solo existían el uno para el otro.


-¿Viniste aquí sola? -preguntó Rodrigo con una voz que solo ellos dos podían escuchar. Noa


-¿Qué pasó? Cuéntame-su voz se volvió suave, aunque sus ojos se oscurecieron por un momento.


-Mi…. mi osito… se perdió… -Noa no quería decirlo al principio, pero al ser preguntada por él, toda


su angusia se desbordó y las lágrimas comenzaron a caer.


-Rodrigo, mi osito… desapareció… Clara me lo regaló… es mi osito favorito…


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