Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capítulo 763



Capítulo 763

Capitulo 763


Marisol se quedo paralizada.


Hasta ahora, recordaba vividamente esa noche encantadora, en la cocina, envuelta en sus brazos, sus labios rozando los suyos, incluso la sensacion de un escalofrio en su piel todavia era clara, como si estuviera hechizada y atrapada en ese momento.


Sus ojos eran encantadores, igual de seductores.


Su mirada era profunda y ardiente, como las estrellas que brillaban detras de él en el cielo nocturno, y de repente, un destello brillante como un diamante paso frente a sus ojos, pareciendo mas deslumbrante que el color de sus ojos en ese momento. Marisol sintié cémo su corazén se enfriaba lentamente.


Girando la cabeza para evitar su aliento, trato de respirar con normalidad y le dijo. “Lo siento, he causado un malentendido.” “4Qué has dicho?” Antonio fruncié el cefio.


“Acabas de escucharlo”, Marisol apreté los dientes, sus manos se cerraron en pufios como si eso le diera fuerzas, y continud con una voz firme, “Lo de esa noche solo fue un momento de confusion, si te hice malinterpretar la situacién, puedo disculparme contigo.”


La sonrisa en las comisuras de los ojos de Antonio poco a poco se desvanecid, su voz baja ya sonabal claramente descontenta, “4Marisol, realmente tienes que ser asi?”


“jLo siento!” Marisol lo miré directamente, disculpandose seriamente con él.


“Je, supongo que me hice ilusiones’, le dijo Antonio con una risa fria que golped directamente su rostro.


De inmediato, la calida mano que acariciaba su mejilla derecha se aparto. Antonio volvié a su asiento, con una mano en el volante y con su cara que, aunque atractiva, también era sombria, con sus ojos oscurecidos. Marisol ocult6 su temor, respird hondo y le dijo lentamente, “Antonio, ya estamos divorciados. Aunque no es que no podamos vernos nunca mas, después de todo, deberiamos separarnos amistosamente. Cualquier enredo entre nosotros seria irresponsable para ambos. jEspero que lo de esa noche no vuelva a ocurrir!”


jQuizas el que estaba confundido no era ella, sino él!


Antonio grufid con fuerza, “; Ya terminaste?”


“Ya terminé...” Marisol asintio.


Antonio retiré sus ojos con indiferencia y le dijo con dientes apretados, “jBajate del coche!”


Al oir eso, Marisol no se demoro y, tan pronto como desbloqueo la cerradura, abrié la puerta del coche.


Tan pronto como sus pies tocaron el suelo, el auto arrancé rapidamente, dejando tras de si el tenue humo del escape bajo la luz de la calle. Miré fiiamente durante unos segundos con las manos apretadas, apreté sus labios y se dio la vuelta para entrar. Esa noche, después del trabajo, Marisol fue al hospital.


El ascensor se detuvo en el departamento cirugia gastrica, ella salid y fue directamente a la habitacion de la abuela. Desde la Ultima vez que visit6 el hospital, de hecho, siempre habia estado preocupada, pero ahora que estaba divorciada de Antonio, ya no era tan natural como antes venir a ver a la abuela.


Marisol habia evitado el fin de semana a propésito, eligiendo venir después del trabajo durante la semana.


En la habitacion, la abuela estaba sentada en la cama con su bata de hospital. Ademas de ella, habia otras dos personas en la habitacion, que no eran enfermeras, sino también ancianas con batas de hospital que


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parecian haber venido a visitarla.


El tiempo en el hospital es dificil de pasar, todos los dias oliendo a desinfectante y con espacio limitado para moverse. Para aquellos que estan en observacion a corto plazo, puede estar bien, pero para los pacientes a largo plazo, es bastante agotador, por lo que es normal charlar con compafieros de habitacion.


Marisol tocé la puerta, las personas adentro estaban charlando y parecian no escucharla, ella sonrio ligeramente y empujé la puerta para entrar, justo a tiempo para escuchar a uno de los ancianos decirle con envidia. “Esas son todas frutas importadas, realmente te envidio, tienes una nieta politica tan devota!”


“Si, iy te veo familiar! ~No eres la que baila ballet? Antes de que ingresaras al hospital, creo que mi hija me llevé a ver su actuacion. No debo estar equivocada. j También se velan bien juntos con tu nieto, que suerte tienes!”


Al escuchar esto, Marisol también noté dos hermosas canastas de frutas en el armario.


Escuchando las palabras de los otros dos pacientes, Marisol podia adivinar aproximadamente que Antonio y Jacinta habian visitado als


abuela no hace mucho.


Ya no era la primera vez que escuchaba que ellos dos hacian buena pareja. Incluso en su corazon comenzaba a sentir lo mismo, y ese anillo con un gran diamante en el dedo anular de Jacinta, jseguramente su boda estaba cerca!


Marisol cerré los ojos. No deberia pensar en estas cosas, ya que no le incumbian.


La anciana en la cama de hospital fue la primera en protestar, corrigiéndole, “;No hablen sin saber, mi nuera. es periodista!” “4Ah?” Ambos se sorprendieron.


La abuela, algo disgustada, enfatizo con conviccién, “Trabaja en el canal de nuestra provincia, cubriendo noticias. Muchas de las noticias que ven son reportadas por ella.”


Marisol, ocultando la sonrisa que afloraba en sus labios, entré sonriendo.


Al ver a su nieta, la abuela dijo de inmediato, “; Ven? jElla es mi nuera!”


Los otros dos ancianos, avergonzados, se disculparon rapidamente, “Disculpa, no queriamos causar tal confusion. Ahora que tu nuera ha venido a verte, nosotros nos marcharemos, que pronto vendra la enfermera a ponernos el suero.”


Después de que los dos ancianos se marcharon, solo quedaron en la habitaci6n la joven y la anciana.


La abuela la miré preocupada, como temiendo que Marisol se tomara a mal lo que habia escuchado, y comenzo a hablarle, “Marisol, no te lo tomes a pecho, cuando Antonio y Jacinta vinieron...”


Por supuesto, Marisol percibio la preocupacion de su abuela y sonrio. “Abuela, lo sé, él ya me lo contd todo.”


“Jeje,” al escuchar eso, la abuela se tranquilizo de inmediato.


No queriendo preocupar mas a su abuela, Marisol desvié la conversacion, pelando un platano para darselo a la anciana. Después de charlar durante mas de diez minutos, de repente sintid una incomodidad inexplicable que brotaba de su estémago. Al ver la expresion en su rostro, la abuela le preguntd con preocupacion. “Marisol, gestas bien?”


“Estoy bien, le respondié Marisol negando con la cabeza. Después de tragar saliva dos veces para suprimir


la sensacion, se levanto de la silla y le dijo, “Abuela, tu descansa un poco, voy a traerte agua.”


La abuela asintié sonriente, y Marisol salié rapidamente de la habitacion.


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En lugar de dirigirse al dispensador de agua que estaba a solo unos pasos de distancia, Marisol corrid hacial el bafio publico. Apoyandose en el lavabo, comenz6 a vomitar sin control. Era una sensacion de acidez que le subia, similar a cuando comia algo en mal estado en las comidas callejeras nocturnas que solian causarle malestar estomacal. Y eso que Ultimamente casi no habia comido nada Esa misma tarde tampoco fue al comedor. Gisela habia traido comida para llevar de un restaurante que solian frecuentar, y aunque tenia mucha hambre, cuando abrié la caja de comida, de repente ya no querial comer nada, y ni ella misma entendia por qué.


Marisol cerré el grifo y sacudi6 el agua fria de sus manos, sintiendo que algo no estaba bien.


Caltute 76


Capitulo 764


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