El enigmatico regreso

Capítulo 495



Capítulo 495

Capitulo 495 Te daré lo que quieras


Parados lejos del escenario, Kyra y Dandy estaban furiosos.


Dandy sintid la necesidad de subir corriendo al escenario y gritarles a Jean y Neera.


Sin embargo, Kyra la agarré con fuerza del brazo y no la solté.


“4Qué estas pensando?” dijo con resentimiento. “;No me han humillado lo suficiente esta noche?”


Dandy estaba furioso. “;Por qué me detienes? ;Vas a dejar que se salgan con la suya y no hacer nada al respecto? jSi me dejas darles una leccién, todos sabran que tu deberias ser el centro de atencion esta noche!


Kyra apreto los dientes. “;Y qué si todo el mundo lo sabe? Crees que Jean cambiaria de opinidn? jEso sdlo hara que mi vida en la empresa sea mas dificil!


Las lagrimas brotaron de sus ojos cuando dijo eso.


Miré a las dos personas en el escenario como si su mirada fuera a hacer un agujero en sus cuerpos.


Después de recoger los premios, Jean y Neera abandonaron el escenario.


Se estaba haciendo tarde y Neera estaba cansada. Ella queria volver a casa.


Jean no se opuso. Fue a decirle a Larry que se irian a casa.


Larry no les pidid que se quedaran. “Le conseguiré un conductor para que los envie a usted y a la sefiora Garcia a casa’, dijo. “No te preocupes por nosotros. La enviaré a casa”, dijo Jean. Salieron del salon mientras todos seguian concentrados en el escenario.


De camino a casa, Neera no dejaba de sonreir.


Jean también sonrié cuando vio eso. “; Porque estas tan feliz?”


Neera asintio y dijo: “Obtengo tantas hierbas medicinales raras con solo asistir a la gala. ;Por supuesto que estoy feliz! Entonces, cuando vas a cumplir tu promesa?


Jean se sintid conmovido por su mirada. “Cuando lleguemos a casa. Te daré todo lo que quieras”.


Neera no se dio cuenta de las implicaciones de sus palabras, aunque qued6 muy satisfecha.


De regreso a los Jardines Imperiales, Jean llevd a Neera a la sala de coleccién.


La


sala de coleccién estaba repleta de antigtiedades de valor incalculable y diversas obras de arte. Neera qued6 completamente estupefacta mientras observaba.


Jean se dirigid a un estante que estaba lleno de cajas de diferentes tamafios.


En cada caja habia varias hierbas medicinales raras que Neera podria desear.


Sus ojos se abrieron en estado de shock. “jEso es mucho!”


“Los compré a un precio elevado hace algtin tiempo”, dijo Jean. “No te preocupes, son de la mas alta calidad”.


De hecho, habia comprado las hierbas recientemente. Sdlo lo hizo porque sabia que a Neera le gustaba investigar hierbas medicinales.


Estaba buscando una oportunidad para darselos, pero no esperaba que la oportunidad llegara tan rapido.


Neera creia que Jean decia la verdad. Miré dentro de cada una de las cajas y acaricid cada cosa que habia dentro. “zEstas seguro de que no te arrepentiras? gRealmente puedo aceptarlo todo? pregunté de nuevo.


A Jean le hizo gracia. “Como dije, soy un hombre de palabra. Puedes llevar cualquier cosa siempre que puedas cargarla”. Neera estuvo muy tentada, pero no perdi el control. Después de una larga deliberacién, se decidié por tres puntos.


“4Es eso realmente suficiente?” Pregunt6 Jean cuando la vio a punto de cerrar la caja.


Neera asintio. “Sé que no deberia ser demasiado codicioso. Deberia estar satisfecho si puedo conseguirlos”.


Después de todo, ella conocia el valor de cada una de las hierbas.


Jean sabia que Neera estaba siendo reservada. Saco otros cinco articulos de la caja y se los entrego. “Toma, toma esto”. Habia notado que la mirada de Neera se detenia en esos objetos y estaba seguro de que ella realmente los queria.


Neera vacilé. No queria parecer demasiado codiciosa.


Mientras estaba alli, Jean llamo a Storm.


“Ayude a la Sra. Garcia a llevar estos al lado”.


Storm asintid e hizo lo que le dijeron.


“Estaba a punto de decirte gracias, pero sé que no quieres eso... Asi que si quieres algo en el futuro, no dudes en preguntarme’, dijo.


Pronto se dio cuenta de que el hombre era més rico y poderoso que ella. El no queria nada ni necesitaba su ayuda. Inesperadamente, Jean respondié: “Tu mismo lo dijiste. Te diré si quiero algo de ti’.



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