El enigmatico regreso

Capítulo 558



Capítulo 558

Capitulo 558 El sefior Beauvort es un narcisista


Neera quedo desconcertada y se sumergié rapidamente en el agua para ocultar su cuerpo.


Se habia envuelto el cuerpo con una toalla de bafio blanca, que sdlo la protegia modestamente desde la clavicula hasta los muslos, dejando gran parte de su piel visible.


Cuando Jean entrd, se encontré con esta visién inesperada.


La piscina estaba envuelta en niebla, revelando una silueta nebulosa.


Escondido dentro de la piscina, el rostro sonrojado de la mujer resaltaba, sus ojos llorosos y vulnerables como un ciervo atrapado por los faros.


Cuando vio una escena tan seductora, la mirada de Jean se volvié intensa.


“4Por qué... como entraste?”


Su voz, llena de una mezcla de leve reproche y nerviosismo, tocé la fibra sensible de Jean.


La garganta de Jean se cerré con la sensacion inesperada. En voz baja, advirtid: “Permanecer demasiado tiempo en las aguas termales puede ser peligroso; podrias desmayarte”.


Dicho esto, dio varios pasos mas hacia la piscina.


Extendié una mano y pregunto: “Puedes levantarte?”


Neera asintio con la cabeza, pero dud6 en tomarle la mano.


Ella luché con sus palabras. Con las mejillas sonrosadas, tartamudeo: “;Podrias... tal vez traerme esa toalla?”


Jean quedé aténito. Su mirada recorrid su hombro antes de seguir su mirada hacia la toalla. Luego fue a recuperarlo sin decir una palabra.


Asu regreso, Neera extendié la mano para tomar la toalla.


Jean se lo puso encima. El tomé su mano extendida y suavemente la acerco a él.


El prolongado bario habia debilitado a Neera, dejandola con pocas fuerzas.


Al darse cuenta de su fragilidad, Jean rapidamente la agarro por la cintura y la levantd en sus brazos.


Neera emitié un suave e inesperado grito cuando sintié que la levantaban. Instintivamente, rode6 el cuello de Jean con sus brazos para sostenerse.


La espalda de Jean se puso rigida cuando sus cuerpos se presionaron.


Su mirada se volvid mas intensa. Mientras miraba hacia abajo, noto que Neera escondia la cabeza entre sus brazos por timidez. Sus orejas estaban de un rojo llameante.


Después de observar esta timida reaccion, se le escap6 una ligera risa, su pecho resoné con el sonido.


Sintiéndose avergonzada y agraviada al mismo tiempo, Neera decidié hacerse la tonta.


Levant la cabeza y pregunto: “;De qué te ries?”


Jean levant6 una ceja y dijo: “No es nada. Solo pensé en la primera vez que te conoci. Estabamos en el hotel junto a las aguas termales en ese momento. Eras bastante agresivo, completamente diferente de lo que eres ahora’.


Sus palabras le trajeron algunos recuerdos.


La mente de Neera seguia volviendo a la escena sin control. Era tan timida que todo su cuerpo se puso rojo como


un tomate.


Para aliviar la incomodidad, ella replicé: “Tienes el descaro de mencionar eso. ;No fuiste tl quien asumio erroneamente que tenia algun objetivo oculto cuando me acerqué a ti?


Ella bromeo: “Sr. ;Beauvort era tan engreido en aquel entonces!


Jean respondié descaradamente, y no se avergonzé en lo mas minimo de si mismo.


“Bueno, lo siento, pero creo que tengo lo necesario. Ademas, era natural para mi asumir que tenias motivos ocultos basados en nuestro extrafio primer encuentro y experiencias previas”.


“4Oh?”


Neera rapidamente se dio cuenta de a qué se referia. Entonces, zestas diciendo que la gente solia pasar cuando te estabas bariando?


Tomada por sorpresa por su ingenio, Jean respondié después de una breve pausa: “En realidad no, solo tu. El resto... se quedaron fuera de la habitacion”.


Por alguna razon, escuchar esto hizo a Neera inexplicablemente feliz.


Mientras bromeaban, Jean llevé a Neera de regreso a la habitacion.


La cubrid con una manta después de dejarla en la cama.


“Descansar un poco. Te sentiras mejor mas tarde”.


Neera asintid obedientemente y siguié sus instrucciones.


Jean permanecié a su lado y la vigild.


Después de un tiempo, los mareos disminuyeron, recupero las fuerzas y se sintio mucho mejor.


“Estoy bien ahora.”


Jean asinti6 e instd: “Bien. Ponte otra cosa para no resfriarte”.


Neera acepté obedientemente sus sugerencias.


Ya era tarde cuando se secé el pelo y se vistid.


“Descansa bien. Buenas noches’, dijo Jean aliviado, alejandose.


Se sintid segura mientras lo veia alejarse. Ella murmuré: “Buenas noches, dulces suefios”.


Jean cerré la puerta con una sonrisa en su rostro.


Neera durmio tranquilamente esa noche.


Ala mafiana siguiente, recibid una llamada de Isabella después de despertarse.


“Neera, lo siento mucho. Surgié algo en el hospital y no puedo venir hoy. He llevado a los nifios a casa. La tia Zufiiga los esta cuidando. No hay nada de qué preocuparse.”


Los ojos de Neera temblaron. Ella la confronto y le dijo: “Bell, zhiciste esto a propdsito?”.



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