Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria

Capítulo 195



Capítulo 195

Capítulo 195


Capitulo 0195


Cira apretd los labios, luchando por mantenerse despierta, esforzandose por ir hacia su direcci6n. -Marcelo! Profesor Sanchez!


La pista de baile estaba demasiado ruidosa.


Marcelo solo tenia ojos para Emilia. Cira finalmente se abrid camino hacia él con gran esfuerzo, extendid la mano y, a solo un metro de distancia, estaba a punto de agarrarlo.


En ese momento, Emilia fue empujada y cayo al suelo. En medio de la multitud, caerse asi aumentaba el riesgo de ser pisoteada.


Marcelo, ansioso, aparté a las personas que tenia delante, y la persona que fue apartada justo empujé la mano extendida de Cira.


Marcelo se agaché, levanto a la llorosa Emilia y salid de la pista de


baile.


Cira fue derribada por la persona que Marcelo aparté. Marcelo se volvié para mirar, pero no vio nada.


En el segundo piso, Morgan observo toda la escena y se rid con


desdén.


Ahi estaba, esa mujer, eligiendo a su propio hombre.


Cira, aturdida por la caida, se levanto. Delante de ella estaba el hombre bajo, y al darse la vuelta, estaba el hombre delgado.


La atraparon en el medio, y antes de que Cira pudiera gritar pidiendo ayuda, no le dieron oportunidad. Usaron una tela para cubrir su boca y nariz, jllevandosela a la fuerza!


En lugares como este, un bar, cuando un hombre se lleva a una mujer. incluso si alguien lo ve, generalmente nadie se involucra Borrachos y despreocupados, abandonaron la moral y la sobriedad en el momento en que entraron al bar.


Morgan miré como Cira era arrastrada por los dos hombres hacia el almacén del bar. Terminé de comer la ultima rodaja de naranja y extendio la mano.


Helena le paso una toallita himeda para que se limpiara las manos.


Morgan se volvié y mird friamente a Joaquin: -Lo que se preocupa ahora no soy yo, sino tu. Aunque no hemos encontrado el cuerpo, 4 realmente crees que puedes escapar de un asesinato ahora?


La expresion de Joaquin cambio.


-Si eres inteligente, deberias entregarte ahora, tratar de obtener una sentencia mas leve. En lugar de hablar de aumentar la oferta, gpor qué querrias dinero si ya perdiste la vida? ¢Comprar un buen lugar de sepultura para ti mismo?


Morn arrojé la toallita himeda sin preocuparse y concluyo con una ase: -Las naranjas son bastante dulces.


El hombre bajo y el hombre delgado ataron las manos y los pies de Cira, y taparon su boca con cinta adhesiva transparente antes de encerrarla en una pequefia habitacion.


En este momento, afuera habia demasiada gente, y no se atrevieron a llevarla asi de una vez, seria demasiado obvio. Probablemente


estaban esperando a que cayera la noche para llevarla a la aldea de las Flores.


Cira fue arrojada al suelo y, con los ojos cerrados, penso en la BOWS


con el asesinato y entierro de cadaveres en el bosque. Ella era ta Unica testigo... aunque en realidad no vio nada


No se atrevieron a arriesgarse, ya que si por casualidad habia visto algo, estarian en graves problemas. Por eso la capturaron. Sin embargo, ella ya habia dicho todo lo que sabia a la policia, asi que


detenerla ahora no tendria sentido.


Pero esas personas eran tan irracionales que ni siquiera se preocupaban por matar, asi que no se podia esperar que tuvieran mucha inteligencia.


Cira abrié los ojos. En este momento, su cuerpo se sentia muy incémodo, caliente desde adentro hacia afuera. Cuando estaba en la pista de baile, pens6 que era el calor del apretujamiento de la gente. Ahora, al ser dejada sola aqui, se dio cuenta de que ese calor no era normal.


La droga que le dieron parecia mas que solo un sedante, jera algo mas fuerte!


Cira apretd los labios, sintiendo que la situaci6n se volvia cada vez S peligrosa.


la tenia que escapar, de lo contrario, esta noche podria perder su dignidad o incluso su vida, con consecuencias graves en ambos


casos. Afortunadamente, aunque ataron sus manos y pies, cometieron un error al poner sus manos al frente. Cira levant6 las manos y arrancéo el adhesivo de su boca. Luego, con


los dientes, deshizo lentamente los nudos de la cuerda.


Aunque sus dientes se sintieron adoloridos, logré desatar los nudos. Después de liberar sus manos, desaté también la cuerda alrededor de sus pies y recuper6 su libertad de movimiento. Una vez liberada,


Era probablemente la sala mas basica del bar, sin ventanas y sin objetos que pudiera usar como herramientas. Cira se apreto fuertemente el muslo, forzandose a mantenerse despierta.


-jHabia una manera!


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