El amor del Ceo mexicanoES by Pandora

Chapter 110



Chapter 110

Chapter 110


Te castigare mujer!


Voy a toda velocidad en mi deportivo, ni siquiera así pude asustar lo suficiente a esta rebelde leona, la muy… orgullosa me gritó que primero muerta que pedirme disculpas por haberse escapado al antro y bailar con ese imbécil conquistador de cuarta! Entonces soporta mujer! continúe a la misma velocidad mientras que Camill me azusaba a qué corriera más rápido el auto 1


si esté abusador CEO del demonio piensa que me va a asustar está muy equivocado! una Leona como yo no se disculpa con los descarados plebellos besadores!


Apenas llegaron Cristóbal bajó del auto apresurado a abrir la puerta de Camill, el Ceo desabrochaba el cinturón de seguridad mientras que Camill se resistía y empujaba para bajar ella misma del auto


Sueltame no me toques! Yo puedo bajar sola perfectamente, Camill seguía arrastrando las palabras, por lo visto el tremendo susto que se llevó no le bajó del todo lo ebria que estaba


No te estoy preguntando si quieres que te toque o no? Cristóbal la cargo como un costal de papas, la mujer se quejaba pero no sentía del todo por lo ebria que estaba, entró con ella a la casa y subió las escaleras de prisa y furioso aún, con que te gusta desafiarme eh? vamos a ver si te quedan ganas después de lo que voy a acerte!


Te estoy escuchando CEO cavernícola, no te tengo miedo, ni que me fueras a comer estupida bestia! a Camill se le estaba yendo la lengua por qué el alcohol le daba el valor


Cristóbal llevaba la mandíbula tensa, no sabía si le iba alcanzar la noche para calmar su ira, puso a Camill en la cama y subió en ella acorralandola


Pero qué haces? sueltame! no se te ocurra tocarme! Camill pataleaba y manoteba pero Cristóbal no la soltaba, él seguía tocándola, si te resiste más te va a doler, le susurraba el Ceo, pero Camill obstinada


ay rebelde como era no se quería dejar vencer, Cristóbal tenía las manos de su mujercita sobre su cabeza, con sus fuertes piernas impedía el movimiento de ella


No voy a hacer el amor contigo! eres el mismo diablo encarnado! Camill se atrevía a retarlo aún estando bajo su cuerpo y a su total disposición


Quién te a dicho a ti que te voy a hacer el amor mujercita? vas a lamentar haber despertado la furia de la bestia que vive en mí, vas a aprender que a tu hombre lo obedeces y lo respetas o te atendräs a las consecuencias!


Cristóba fundió sus labios en los carnosos labios de Camill, ella sabía a alcohol pero también a dulce, ella se resistía pero a Cristy poco le importaba, fue una verdadera batalla lograr desnudarla , ella aunque ya correspondía a sus besos le seguía haciendo las cosas difíciles, pero Cristóbal lejos de cansarse más se exitaba, la iba a poseer y hacer suya así terminara rasguñado por su leona Camill


Camill no sabía dieran las caricias de la bestia endiablada que tenía encima o el alcohol en su cuerpo pero estaba mojada como nunca, cerró los ojos dejándose llevar por las sensaciones que Cristóbal le provocaba con sus manos cuando un susurro del CEO la hizo temblar


Voy a cogerte hasta que me supliques piedad!


Camill quiso reaccionar y alejarse pero ya era tarde, Cristóbal la levantó y la volteo sintió un poco su peso en ella, haciendo su cabello a un lado disfrutó de su cuello cuál si fuera un


vampiro hambriento, Camill gemía de placer disfrutando el ligero dolor de las pequeñas mordidas que su hombre le daba


Camill ya estaba húmeda para él, Cristóbal acomodó su erección en los pliegues de su rebelde mujercita, su virilidad era grande pero ella la recibió como si le calzara un perfecto guante, los movimientos del Ceo eran suaves mientras mordía la oreja de Camil, recorrió toda su delicada espalda


dejando múltiples marcas de amor en ella, Cristóbal de pronto tenía las manos sosteniendo la cintura de Camill para penetrarla más profundo, la habitación se inundó de los sonidos de las bolas de Cristóbal rebotando en el redondo trasero de Camill, los gemidos de la hermosa ojiverde mar y los gruñidos de Cristóbal eran la perfecta melodía a sus oídos Cuándo llegaron al orgasmo Cristóbal estuvo unos minutos más en la espalda de su esposa, dejó algunos besos en ella y se dirigió al cuarto de baño a ducharse, Camill que guardaba la descendencia del demonio Ceo entre sus piernas decidió acompañarlo, casi al final del baño Cristóbal la alzó a su cintura penetrándola de una sola estocada, entre movimientos y jadeos se dedicó a besar y lamer sus redondos senos, Cristóbal parecía un lobo Alfa en el cuello de su mujer, él lamía, succionaba y mordía todo lo que podía de ella, Camill sentía un poco de dolor pero nada comparado con el intenso placer que su hombre le daba Esa noche Cristóbal se cogió a su mujer en diferentes posiciones, en cada una de ellas la hacía llegar a un intenso orgasmo, Camill sentía que no podía más, el Ceo no dejaba de besar su cuello, uno de los puntos más sensibles de su mujer, el podía sentir como se contraían las paredes de su cálida vagina con él dentro de ella, era una delicia, era ir al mismo cielo y regresar pero son la sensación de seguir en el paraíso


Entrada la madrugada se escuchó una delicada voz, vas a matarme de placer ya sueltame! te lo suplico! de esa manera y con una sonrisa perversa en su atractivo rostro, Cristóbal llegó al último orgasmo de la noche, el Ceo dejó escapar un gemido grave de sus labios, poco después cayó al lado de su preciosa Camill abrazándola a su pecho posesivamente para así quedarse los dos profundamente dormidos..


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